Visita la quesería, adéntrate en nuestra historia
Imagina un mundo de pastos dorados, de encinas verdes, de casas blancas y caminos pálidos, un mundo en el que el tiempo se detiene y la tradición perdura durante generaciones. Ven a visitar la quesería de Finca La Granja y descubre que ese mundo aún pervive para ti.
QUIERO CONOCERLAFinca La Granja: orgullo quesero
La Granja
Los patios empedrados, los anchos muros de paredes encaladas y los pilares de madera dan cobijo a nuestra quesería. Sus muros son testigos del saber hacer de nuestros padres, abuelos y bisabuelos, maestros que ya creaban algunos de los mejores quesos hace más de un siglo.
Tierras de labor, monte mediterráneo y dehesa se mezclan en un paisaje que emociona. Acércate para descubrir que en este rincón de La Mancha aún se respira la tradición, la paz y la tranquilidad del pastoreo y la artesanía que sobrevive al paso de los años.
Verás a las ovejas comiendo tranquilamente por los pastos de la finca. Además, si llegas en el momento oportuno, también podrás ver cómo se prepara la cuajada con la leche cruda de estos animales.
Serás testigo de la tradición, de cómo se rellena a mano cada molde, cómo se introduce en las prensas y en aguasal. Te embriagarás con el aroma de las cámaras donde dejamos madurar el queso. Te haremos partícipe de todos los cuidados que requiere cada fase. Te haremos sentir, en definitiva, nuestra pasión por la artesanía quesera.
Entonces viene lo mejor: la cata acompañada por vino de la tierra. Te explicaremos cada uno de los matices que sentirás en el paladar, cada atisbo del buen hacer quesero que se abrirá camino en tus sentidos.
Y lo sabrás. Desde el momento en el que descubras nuestro Mingolucas, Chisquero y queso en aceite, entenderás por qué se les reconoce internacionalmente como algunos de los mejores quesos del mundo.
Pasea por estos montes bajos de Campos de Montiel, muy cerca de pueblos tan bellos y conocidos como Villanueva de los Infantes o Torre Juan Abad. Visitar nuestra quesería significa respirar una tradición inmune al tiempo, participar en una forma de vida más pausada, con más presencia de los sentidos. Vívela.